"Una sola palabra"

 

Un día, mientras navegaba por una red social, me encontré con una pregunta que capturó mi atención y me hizo reflexionar: "¿Cuál es la palabra más bonita que podrías decirle a alguien?"

Una sola palabra para transmitir un mensaje de amor, esperanza y serenidad. En ese instante, me sumergí en un mar de pensamientos, tratando de encontrar la palabra perfecta. Entre varias opciones que podrían iluminar el día de alguien, una se destacó sobre las demás: "PAZ".

La paz, esa sensación de calma y armonía que todos anhelamos en nuestros corazones. Es la ausencia de conflictos, el equilibrio entre el caos del mundo exterior y la serenidad interior. Pero, ¿cómo podemos alcanzar esa paz en un mundo tan lleno de desafíos y adversidades?

Reflexionando sobre las palabras de Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús, encontramos una respuesta reconfortante. Dios nos invita a entregarle nuestras preocupaciones y anhelos en oración, prometiéndonos una paz que va más allá de nuestra comprensión. Es una paz que resguarda nuestros corazones y mentes en medio de las tormentas de la vida, una paz que solo podemos experimentar en Cristo Jesús.

Es importante recordar que esta paz no es como la que el mundo ofrece. Como nos enseña Juan 14:27  La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo, es una paz divina, una paz que trasciende las circunstancias externas y nos fortalece desde adentro. Es una paz que nos permite mantenernos firmes incluso cuando todo a nuestro alrededor parece estar tambaleándose.

Desde ese momento en adelante, podemos elegir vivir agradecidos, conscientes de la paz que Dios nos ha dado y dispuestos a compartirla con los demás. Esparciendo estos buenos deseos de paz, podemos ser instrumentos de cambio en un mundo que tanto lo necesita.

Así que, en medio de los desafíos y tribulaciones de la vida, recordemos siempre la hermosa palabra "PAZ" y permitamos que su significado se arraigue profundamente en nuestros corazones y se refleje en nuestras acciones diarias. Que la paz de Dios sea nuestra guía constante, iluminando nuestro camino y brindando consuelo a aquellos que nos rodean.

JUNIAS