"Ve al oculista"
Nuestros ojos son muy importantes ya que nos indican por dónde debemos ir, cuando no hay luz podríamos lastimarnos aún en nuestra propia casa dónde sabemos el lugar de las cosas, aún más si estamos a oscuras en un lugar desconocido. Pero hay muchas cosas que nos impiden tener una visión clara, por ejemplo las enfermedades visuales como la miopía que te dificulta ver los objetos a lo lejos, la hipermetropía que te dificulta ver objetos de cerca o las cataratas que nublan parte de tu ojo y hasta los colores se ven mas apagados de lo que son.
En cualquiera de estos casos hay algo claro que debemos hacer, ¡Ir al oculista! Nos darán un tratamiento adecuado para nuestro problema, pero ¿Qué hay con la parte espiritual?
Jesús nos dice:
Mateo 6:22-23
Los ojos son la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tus ojos son buenos, todo tu ser disfrutará de la luz. Pero si los ojos son malos, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
Hace referencia a que nuestros ojos son los que reciben la luz y si nuestro ojo está sano todo nuestro cuerpo estará lleno de luz. Pero ¿Qué es un ojo sano? Es uno que pone su mirada en Dios y es dirigido por la Palabra y la voluntad de Dios. Es un ojo que sabe quién es él y qué Dios espera de él. Es un ojo que tiene su norte claro y sabe hacia dónde debe ir. Uno que tiene sus prioridades en orden y procura vivir y ser dirigido por la mente sujeta a la Palabra de Dios y no por los sentimientos, las emociones o los deseos de la carne.
Pero al igual que nuestros ojos físicos también tenemos ojos malos en lo espiritual, un ojo malo es uno que no mira a Dios y que está perdido en medio de las tinieblas, si nuestra visión es borrosa no sabemos el camino correcto que debemos seguir y todo nuestro cuerpo estará lleno de oscuridad, nos desviaremos del camino y nos dejaremos guiar por el mundo que está lleno de maldad, un mundo que te invita a perder tu propia identidad.
Por eso es mejor ir corriendo a nuestro oculista espiritual, ir a Jesús que nos revisará y nos dará el tratamiento adecuado para cualquier enfermedad que podamos tener, él tiene la solución a todos nuestros problemas pero es decisión nuestra aceptarlo o no, aún teniendo la medicina en nuestras manos no nos servirá si no la tomamos como es debido.
¡Decídete por seguir el tratamiento para una visión perfecta de la luz que hay en Jesús! No pierdas tu norte y no apartes la mirada de Dios en este mundo lleno de oscuridad busquemos la luz de Jesús.
JUNIAS
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