CUANDO NADIE MIRA
Solemos escuchar a alguien decir “X sujeto tiene mal carácter” o “Y chica es de carácter fuerte”. “El conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás” Es la definición que sustenta la Real Academia Española.
Éste se desarrolla mediante la fusión de la constitución del temperamento (heredado de nuestros padres) y del instinto con el medio que nos rodea, o por factores externos que actúan permanentemente sobre nuestra individualidad, modificándola más o menos fuerte e importante pero sin transformarlo nunca.
El momento en el cual no somos colocados en una mirilla es en el que debemos actuar de lo más normal u ordinario.
No frente a la jefatura, el líder religioso o aquellos que tienden a supervisar los procesos más que a la persona.
Como hijos de Dios, y especialmente como Sus obreros, somos llamados a desarrollar un carácter semejante al de nuestro Señor Jesucristo. Los autores suelen llamar a esto “la formación de Cristo en nosotros”. Suena muy grande, por supuesto que si.
Sin embargo, eso es precisamente de lo que se trata, que los rasgos, cualidades, manera de pensar y actuar que distinguen a nuestro Señor, nos distingan también a nosotros.
Y "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos". Mateo 5:16
No es el colectivo el que importa, sino el asunto privado, el relacional lo que somos en realidad.
MANEOL
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