“UN CLAVO EN EL PIE”

Un hombre muy bueno en su trabajo, honesto, responsable y además hijo de Dios siempre llegaba a tiempo a su trabajo y daba lo mejor de sí en cada aspecto. Un día como de costumbre esperaba levantarse a tiempo para prepararse y salir a su trabajo, pero su alarma no sonó, se levantó muy tarde y empezó el día molesto por pensar en que llegaría tarde, rápidamente se cambió con lo primero que encontró, tomó sus cosas y salió corriendo de casa, abordó un bus y al bajarse aún le faltaba caminar bastante para llegar a su trabajo, la hora de entrada ya había pasado y corría para llegar lo más rápido posible, sin darse cuenta piso algo que le causó mucho dolor, tenía un clavo en su pie y se quejaba por quien habría dejado algo así en el camino, tuvo que detener su carrera para pasar a una farmacia antes de llegar a su trabajo, solo podía pensar que todo le estaba saliendo muy mal y que por primera vez tendría una falla en su trabajo, estando en la farmacia de una forma grosera pidió medicinas y gasas para curarse y en ese momento en la televisión de la farmacia estaban pasando una noticia de última hora:

Las Torres Gemelas sufrieron dos atentados

En ese momento toda su vida cambió, resulta que el trabajaba en uno de los pisos más altos de la primera torre en caer y en ese momento solo pudo agradecer a Dios por cada momento que le impidió llegar a tiempo a su trabajo, ahí se dio cuenta que Dios era quien lo guardó para llegar tarde y librarse de los atentados.

Esta historia está basada en un sobreviviente llamado Hans Gernot Schenk quien perdió a muchos amigos pero se salvó por llegar tarde a su trabajo ese día.

Dios siempre cuidará de sus hijos y mostrará el camino que debemos seguir, sin importar las circunstancias no olvidemos ser agradecidos por todo lo que sucede en nuestras vidas, Él  sabe de qué nos esta librando, puede que nosotros nunca lo sepamos, pero si conoce las razones por las que nos suceden estas cosas que pueden parecer molestas
.

Confiemos, sin importar los malos ratos o incómodos que sean como un clavo en el pie.

Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos. Salmos 32:7-8


JUNIA

Comentarios

Entradas más populares de este blog

"Ve al oculista"

Todo se devuelve, el eco

DE NADA SIRVIO TANTO ESFUERZO...